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 Gran Discurso sobre el Origen

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sujata

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MensajeTema: Gran Discurso sobre el Origen   Gran Discurso sobre el Origen EmptyLun Oct 11 2010, 04:21

[Tomado de Bosque Theravada. Traducido por Isidatta]

Digha Nikaya 15 - Mahanidana Sutta: Gran discurso sobre el origen

I. El surgimiento dependiente (paticcasamuppada) (1)

[1] He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los kurus, donde está una de sus ciudades de nombre Kammasadhamma. Allí, el Venerable Ananda se acercó al Bienaventurado y, habiéndole rendido homenaje, se sentó a un lado. Una vez sentado ahí, se dirigió al Bienaventurado con estas palabras: “¡Esto es maravilloso, venerable señor, esto es asombroso, venerable señor! ¡Qué profundo es este surgimiento dependiente y qué profunda apariencia tiene! Y aún así, ¡con qué claridad puedo percibirlo!”

“No digas esto, Ananda. No digas así. Es profundo este surgimiento dependiente y tiene una apariencia profunda. Pero, es por falta del entendimiento y penetración del Dhamma, que esta generación se parece a una enredada maraña, a un nudo de la bola de cordeles, a unas cañas y juncos enmarañados, que no puede traspasar la trasmigración, los planos de privaciones, los planos de aflicción y el mal destino.

[2] “Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de la decadencia y la muerte?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir la decadencia y la muerte?’, debería respondérsele: ‘el nacimiento es el requisito para que surja la decadencia y la muerte’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento del nacimiento?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir el nacimiento?’, debería respondérsele: ‘la existencia [o el llegar a ser] es el requisito para que surja el nacimiento’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de la existencia?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir la existencia?’, debería respondérsele: ‘el apego es el requisito para que surja la existencia’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento del apego?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir el apego?’, debería respondérsele: ‘la avidez es el requisito para que surja el apego’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de la avidez?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir la avidez?’, debería respondérsele: ‘la sensación es el requisito para que surja la avidez’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de la sensación?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir la sensación?’, debería respondérsele: ‘el contacto es el requisito para que surja la sensación’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento del contacto?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir el contacto?’, debería respondérsele: ‘los factores inmateriales y las formas sensoriales [nama-rupa] constituyen el requisito para que surja el contacto’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de los factores inmateriales y las formas sensoriales?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir los factores inmateriales y las formas sensoriales?’, debería respondérsele: ‘los estados de conciencia constituyen el requisito para que surjan los factores inmateriales y las formas sensoriales’.

“Si alguien preguntara, Ananda, ‘¿hay aquí algún requisito para el surgimiento de los estados de conciencia?’, debería respondérsele: ‘Sí, lo hay’.

“Y si alguien preguntara: ‘¿Cuál es el requisito que hace surgir los estados de conciencia?’, debería respondérsele: ‘los factores inmateriales y las formas sensoriales constituyen el requisito para que surjan los estados de conciencia’.

[3] “De esta manera, Ananda, de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito, surgen los estados de conciencia; de los estados de conciencia como requisito, surgen los factores inmateriales y las formas sensoriales; de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito, surge el contacto; del contacto como requisito, surge la sensación; de la sensación como requisito, surge la avidez; de la avidez como requisito, surge el apego; del apego como requisito, surge la existencia; de la existencia como requisito, surge el nacimiento; del nacimiento como requisito, surge la decadencia, la muerte, la pena, el dolor, el lamento, la aflicción y la desesperanza. Éste es el origen de toda esta masa del sufrimiento.

[4] “Se ha dicho, Ananda: ‘del nacimiento como requisito, surge la decadencia y la muerte’, y así es cómo hay que entender que del nacimiento como requisito, surge la decadencia y la muerte. Si no hubiese nacimientos de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese nacimientos de los devas en el plano de los devas, si no hubiese nacimientos de los gandhabbas… yakkhas… demonios… humanos… cuadrúpedos… pájaros… reptiles… u otros seres en sus respectivos planes- entonces, con la completa desaparición del nacimiento, con el cese del nacimiento, ¿podría surgir la decadencia y la muerte?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la decadencia y la muerte: el nacimiento.

[5] “Se ha dicho, Ananda: ‘de la existencia como requisito, surge el nacimiento’, y así es cómo hay que entender que de la existencia como requisito, surge el nacimiento. Si no hubiese existencias de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese existencias en el plano sensorial, si no hubiese existencias en el plano de las formas, ni hubiese existencias en el plano superior a las formas- entonces, con la completa desaparición de la existencia, con el cese de la existencia, ¿podría surgir el nacimiento?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional del nacimiento: la existencia.

[6] “Se ha dicho, Ananda: ‘del apego como requisito, surge la existencia’, y así es cómo hay que entender que del apego como requisito, surge la existencia. Si no hubiese apego de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese apego a la sensualidad, si no hubiese apego a las opiniones, si no hubiese apego a los ritos y las ceremonias, ni hubiese apego a las doctrinas sobre el alma- entonces, con la completa desaparición del apego, con el cese del apego, ¿podría surgir la existencia?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la existencia: el apego.

[7] “Se ha dicho, Ananda: ‘de la avidez como requisito, surge el apego’, y así es cómo hay que entender que de la avidez como requisito, surge el apego. Si no hubiese avidez de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese avidez de la sensualidad, si no hubiese avidez de la existencia, ni hubiese avidez de la no existencia- entonces, con la completa desaparición de la avidez, con el cese de la avidez, ¿podría surgir el apego?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional del apego: la avidez.

[8] “Se ha dicho, Ananda: ‘de la sensación como requisito, surge la avidez’, y así es cómo hay que entender que de la sensación como requisito, surge la avidez. Si no hubiese sensación de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese sensación nacida del contacto con el ojo, si no hubiese sensación nacida del contacto con el oído, si no hubiese sensación nacida del contacto con la nariz, si no hubiese sensación nacida del contacto con la lengua, si no hubiese sensación nacida del contacto con el cuerpo, ni hubiese sensación nacida del contacto con la mente- entonces, con la completa desaparición de la sensación, con el cese de la sensación, ¿podría surgir la avidez?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la avidez: la sensación.

[9] “Así que, Ananda, la sensación condiciona la avidez, la avidez condiciona la búsqueda, la búsqueda condiciona la adquisición, la adquisición condiciona la toma de decisión, la toma de decisión condiciona el deseo impetuoso, el deseo impetuoso condiciona el apego, el apego condiciona el posesionamiento, el posesionamiento condiciona la avaricia, la avaricia condiciona la protección, y por causa de tomar la protección surgen varias situaciones perjudiciales, como tomar palos y espadas, provocar grescas, disputas, conflictos, acusaciones, abusos y mentiras.

[10] “Se ha dicho, Ananda: ‘por causa de tomar la protección surgen varias situaciones perjudiciales, como tomar palos y espadas, provocar grescas, disputas, conflictos, acusaciones, abusos y mentiras’, y así es cómo hay que entender que por causa de tomar la protección surgen varias situaciones perjudiciales… mentiras. Si no hubiese protección de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera, entonces, con la completa desaparición de la protección, con el cese de la protección, ¿podrían surgir estas situaciones perjudiciales, como tomar palos y espadas, provocar grescas, disputas, conflictos, acusaciones, abusos y mentiras?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de estas situaciones perjudiciales, como tomar palos y espadas, provocar grescas, disputas, conflictos, acusaciones, abusos y mentiras: la protección.

[11] “Se ha dicho, Ananda: ‘la avaricia condiciona la protección’, y así es cómo hay que entender que la avaricia condiciona la protección. Si no hubiese avaricia de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera, entonces, con la completa desaparición de la avaricia, con el cese de la avaricia, ¿podría surgir la protección?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la protección: la avaricia.

[12-18] “Se ha dicho, Ananda: ‘el posesionamiento condiciona la avaricia… el apego condiciona el posesionamiento… el deseo impetuoso condiciona el apego… la toma de decisión condiciona el deseo impetuoso… la adquisición condiciona la toma de decisión… la búsqueda condiciona la adquisición… la avidez condiciona la búsqueda’ y así es cómo hay que entender que la avidez condiciona la búsqueda. Si no hubiese avidez de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese avidez de la sensualidad, si no hubiese avidez de la existencia, ni la avidez de la no-existencia- entonces, con la completa desaparición de la avidez, con el cese de la avidez, ¿podría surgir la búsqueda?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la búsqueda: la avidez. De esta manera, Ananda, estos dos elementos llegan a unirse en el lugar de la sensación [2].

[19] “Se ha dicho, Ananda: ‘del contacto como requisito, surge la sensación’, y así es cómo hay que entender que del contacto como requisito, surge la sensación. Si no hubiese contacto de ninguna clase, en ningún lugar y de ninguna manera –es decir, si no hubiese contacto del ojo, si no hubiese contacto del oído, si no hubiese contacto de la nariz, si no hubiese contacto de la lengua, si no hubiese contacto del cuerpo, ni hubiese contacto de la mente- entonces, con la completa desaparición del contacto, con el cese del contacto, ¿podría surgir la sensación?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de la sensación: el contacto.

[20] “Se ha dicho, Ananda: ‘de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito surge el contacto’, y así es cómo hay que entender que de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito surge el contacto. Si no hubiese factores inmateriales –es decir, si no hubiese cualidades mentales, si no hubiese ideas, si no hubiese rasgos mentales, si no hubiese indicaciones mediante las cuales estos factores inmateriales se dan a conocer- entonces, ¿podría surgir el contacto como designación de las formas sensoriales?”

“No, venerable señor”.

“Por otro lado, si no hubiese formas sensoriales –es decir, si no hubiese permutaciones, si no hubiese signos, si no hubiese cualidades materiales, si no hubiese indicaciones mediante las cuales estos factores materiales se dan a conocer- entonces, ¿podría surgir el contacto como reacción de las formas inmateriales?”

“No, venerable señor”.

“Y finalmente, si no hubiese ni factores inmateriales ni formas sensoriales –es decir, si no hubiese permutaciones de ellas, signos, cualidades ni indicaciones mediante las cuales estos factores, tanto materiales como inmateriales, se dan a conocer- ¿podría surgir el contacto como designación y el contacto como reacción?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional del contacto: los factores inmateriales y las formas sensoriales.

[21] “Se ha dicho, Ananda: ‘de los estados de conciencia como requisito surgen los factores inmateriales y las formas sensoriales’, y así es cómo hay que entender que de los estados de conciencia como requisito, surgen los factores inmateriales y las formas sensoriales. Si los estados de conciencia no descendieran al útero materno ¿podrían surgir los factores inmateriales y las formas sensoriales?”

“No, venerable señor”.

“Por otro lado, si después de haber descendido al útero materno, la conciencia se apartara, ¿podrían, los factores inmateriales y las formas sensoriales, ser producidos en este mundo?”

“No, venerable señor”.

“Y finalmente, si la conciencia de un muchacho o una muchacha fuera cortada, ¿podrían, los factores inmateriales y las formas sensoriales, llegar a su madurez?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de los factores inmateriales y las formas sensoriales: los estados de conciencia.

[22] “Se ha dicho, Ananda: ‘de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito surgen los estados de conciencia’, y así es cómo hay que entender que de los factores inmateriales y las formas sensoriales como requisito, surgen los estados de conciencia. Si los estados de conciencia no encontraran su soporte en los factores inmateriales y las formas sensoriales ¿podrían surgir y llegar a actuar el nacimiento, la decadencia, la muerte y el futuro dolor?”

“No, venerable señor”.

“Por lo tanto, ésta es la causa, la razón, el origen y el requisito condicional de los estados de conciencia: los factores inmateriales y las formas sensoriales.

“Este es el alcance, Ananda, del surgimiento del nacimiento, la decadencia, la muerte, la caída dentro de los otros planes y la re-aparición. Este es el alcance de la designación, de los conceptos, de la expresión. Este es el alcance de la esfera del discernimiento, esfera en la cual el ciclo de las innumerables vueltas se hace discernible [o, manifiesto] en este mundo, es decir, los factores inmateriales y las formas sensoriales junto con los estados de conciencia.

-------------------------

(1) Los subtítulos provienen de la edición de “World Tipitaka Edition”.

(2) La cadena de condicionamientos conduce a partir de la avidez, por un lado, al nacimiento, decadencia y muerte y, por otro lado, a peleas, disputas, mentiras, etc.


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MensajeTema: Re: Gran Discurso sobre el Origen   Gran Discurso sobre el Origen EmptyLun Oct 11 2010, 04:25

II. El concepto del alma (attapaññatti)

[23] “¿De qué manera, Ananda, la gente explica la naturaleza del alma? Algunos explican el alma como poseedora de forma y limitada, diciendo: ‘Mi alma tiene forma y es limitada’; otros explican el alma como poseedora de forma e ilimitada, diciendo: ‘mi alma tiene forma y es ilimitada’; otros explican el alma como si fuera sin forma y limitada, diciendo: ‘mi alma no tiene forma y es limitada’ y otros explican el alma como si fuera sin forma e ilimitada, diciendo: ‘mi alma no tiene forma y es ilimitada’.

[24] “Ahora bien, los que explican el alma como poseedora de forma y limitada, la explican como poseedora de forma y limitada en el presente y también, como poseedora de forma y limitada que llegará a ser [en el futuro o después de la muerte] o creen lo siguiente: ‘aunque esto no sea aún de esta manera, me esforzaré para alcanzarlo’. Siendo éste el caso, Ananda, es apropiado decir que este punto de vista riguroso sobre el alma, poseedora de forma y limitada, obsesiona a quien lo sostiene.

“También, los que explican el alma como poseedora de forma e ilimitada… como si fuera sin forma y limitada… como si fuera sin forma e ilimitada, la explican como si fuera sin forma e ilimitada en el presente y también, como si fuera sin forma e ilimitada que llegará a ser [en el futuro o después de la muerte] o creen lo siguiente: ‘aunque esto no sea aún de esta manera, me esforzaré para alcanzarlo’. Siendo éste el caso, Ananda, es apropiado decir que este punto de vista riguroso sobre el alma, como si fuera sin forma e ilimitada, obsesiona a quien lo sostiene.


III. El concepto del no-alma (naattapaññatti)

[25] “¿Y de qué manera, Ananda, la gente no explica la naturaleza del alma? Algunos no explican el alma ni como poseedora de forma ni limitada, no afirmando: ‘mi alma tiene forma ni que es limitada’; otros no explican el alma ni como poseedora de forma ni ilimitada, no afirmando: ‘mi alma tiene forma ni que es ilimitada’; otros no explican el alma ni como si fuera sin forma ni limitada, no afirmando: ‘mi alma no tiene forma ni que es limitada’ y otros no explican el alma ni como si fuera sin forma ni ilimitada, no afirmando: ‘mi alma no tiene forma ni que es ilimitada’.

[26] “Ahora bien, los que no explican el alma ni como poseedora de forma ni limitada, no la explican ni como poseedora de forma ni limitada en el presente, ni como poseedora de forma ni limitada que llegará a ser [en el futuro o después de la muerte], ni tampoco creen lo siguiente: ‘aunque esto no sea aún de esta manera, me esforzaré para alcanzarlo’. Siendo éste el caso, Ananda, es apropiado decir que un punto de vista riguroso sobre el alma, poseedora de forma y limitada, no obsesiona a quien lo sostiene.

“También, los que no explican el alma ni como poseedora de forma ni ilimitada… ni como si fuera sin forma ni limitada… ni como si fuera sin forma ni ilimitada, no la explican ni como si fuera sin forma ni ilimitada en el presente, ni como si fuera sin forma ni ilimitada que llegará a ser [en el futuro o después de la muerte], ni tampoco creen lo siguiente: ‘aunque esto no sea aún de esta manera, me esforzaré para alcanzarlo’. Siendo éste el caso, Ananda, es apropiado decir que un punto de vista riguroso sobre el alma, como si fuera sin forma e ilimitada, no obsesiona a quien lo sostiene.


IV. Presunción [sobre la existencia] del alma (attasamanupassana)

[27] “¿Y de qué manera, Ananda, la gente presume la existencia del alma? Asumiendo que la sensación es el alma, diciendo que ‘la sensación es mi ser’, ‘la sensación no es mi ser, mi ser no es consciente [de la sensación]’ [o] ‘ni mi ser es la sensación ni mi ser es consciente [de la sensación] sino que mi ser siente, mi ser es el sujeto de la sensación’.

[28] “Ahora bien, Ananda, a alguien que asume que ‘la sensación es mi ser’ se debería decir: ‘he aquí, hay tres clases de sensaciones, amigo –sensaciones placenteras, sensaciones penosas y sensaciones ni placenteras ni penosas. ¿Cuál de estas tres clases de sensaciones asumes como tu ser?’ En el momento, en el cual se siente la sensación placentera, no se puede sentir la sensación penosa ni la sensación que no es placentera ni penosa. Solamente la sensación placentera se puede sentir en este momento. En otro momento, en el cual se siente la sensación penosa, no se puede sentir la sensación placentera ni la sensación que no es placentera ni penosa. Solamente la sensación penosa se puede sentir en este momento. Y en otro momento, en el cual se siente la sensación que no es placentera ni penosa, no se puede sentir la sensación placentera ni la sensación penosa. Solamente la sensación que no es placentera ni penosa se puede sentir en este momento.

[29] “De modo que la sensación placentera es impermanente, condicionada, que surge de manera dependiente, es sujeta a desaparecer, a disolverse, a desvanecer y cesar. También la sensación penosa es impermanente, condicionada, que surge de manera dependiente, es sujeta a desaparecer, a disolverse, a desvanecer y cesar. Y también la sensación que no es placentera ni penosa es impermanente, condicionada, que surge de manera dependiente, es sujeta a desaparecer, a disolverse, a desvanecer y cesar. Así que cualquiera que, habiendo sentido una sensación placentera, dice: ‘éste es mi ser’, con el cese mismo de esta sensación placentera, debería perecer también su ser. De la misma manera, habiendo sentido una sensación penosa, dice: ‘éste es mi ser’, con el cese mismo de esta sensación penosa, debería perecer también su ser. Y habiendo sentido una sensación que no es placentera ni penosa, dice: ‘éste es mi ser’, con el cese mismo de esta sensación que no es placentera ni penosa, debería perecer también su ser.

“De esta manera, cuando alguien asume que ‘la sensación es mi ser’, está asumiendo también, en el presente inmediato, la impermanencia del ser, enredado en placeres y penas, sujeto al surgimiento y la desaparición. Así, Ananda, no parece apropiado asumir que ‘la sensación es mi ser’.

[30] “Y en cuanto a alguien que asume que ‘la sensación no es mi ser, mi ser no es consciente [de la sensación]’, se le debería preguntar: ‘Amigo, si no hay nada que pueda ser sentido [o experimentado], ¿podría existir de la idea de «yo soy»?’”

“No, venerable señor”.

Así, Ananda, no parece apropiado asumir que ‘la sensación no es mi ser, mi ser no es consciente [de la sensación]’.

[31] “Y en cuanto a alguien que asume que ‘ni mi ser es la sensación ni mi ser es consciente [de la sensación] sino que mi ser siente, mi ser es el sujeto de la sensación’, se le debería preguntar: ‘Amigo, si las sensaciones deberían cesar por completo de cualquier manera y sin residuos, entonces, con el mismo cese de la sensación, ¿podría existir de la idea de «yo soy»?’”

“No, venerable señor”.

Así, Ananda, no parece apropiado asumir que ‘ni mi ser es la sensación ni mi ser es consciente [de la sensación] sino que mi ser siente, mi ser es el sujeto de la sensación’.

[32] “Ahora bien, Ananda, cuando el monje no asume que la sensación es su ser, ni tampoco que la sensación no es su ser, que su ser no es consciente [de la sensación], ni asume que ‘mi ser siente, mi ser es el sujeto de la sensación’, entonces, al no hacer semejantes presunciones, él no se apega a nada en el mundo. Sin el apego, no se conmuta por nada. No agitado, alcanza el Nibbana por sí mismo. Entonces, discierne que ‘el nacimiento ha terminado, la vida santa ha sido realizada y la tarea ha sido hecha: he aquí, no queda nada por hacer en este mundo’.

“Y si alguien dijera a este monje, cuya mente ha sido liberada de esta forma, ‘el Tathagata existe después de la muerte’, semejante opinión le parecería incorrecta e inapropiada. También que ‘el Tathagata no existe después de la muerte’… que ‘el Tathagata tanto existe como no existe después de la muerte’… que ‘el Tathagata ni existe ni no existe después de la muerte’, semejante opinión le parecería incorrecta e inapropiada. ¿Por qué? Porque este monje ha conocido, Ananda, el alcance de la designación y el alcance de los objetos designados, el alcance de los conceptos y el alcance de los objetos conceptualizados, el alcance de la expresión y el alcance de los objetos expresados, el alcance de la descripción y el alcance de los objetos descritos, el alcance de la compresión y el alcance de los objetos comprendidos, el alcance de este ciclo de interminables vueltas: y habiéndolo conocido directamente, ha sido liberado mediante este conocimiento especial. Y se ha dicho, que el monje que mantiene semejante libertad, no conoce ni ve, lo que podría ser incorrecto o inapropiado (3).


-----------------
(3) Thanissaro Bhikkhu señala que, aunque esta frase, tenga diferentes lecturas en distintas ediciones, todas ellas son maleadas. Sugiere, entonces, que el sentido de este verso se puede ver bastante más claro a la luz del AN 10,96, según cuyo fragmento, la última sentencia se debe interpretar como la que versa acerca del monje liberado y no acerca de los cuatro puntos de vista erróneamente atribuidos a él. El Bhante termina: “En otras palabras, el monje liberado no tiene opinión sobre si el Tathagata exista o no existe, después de la muerte, etc. Esto podría conducir al supuesto, según el cual, esta falta de opinión es causada por la falta del conocimiento o la visión. Pero la descripción sobre lo que él va conociendo en el proceso de alcanzar la liberación, demuestra que este supuesto es incorrecto. Él sabe y ve, y aquello que sabe y ve acerca de las limitaciones del lenguaje y los conceptos, le demuestra que la pregunta acerca de la existencia del Tathagata después de la muerte, debe dejarse del lado.”
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MensajeTema: Re: Gran Discurso sobre el Origen   Gran Discurso sobre el Origen EmptyLun Oct 11 2010, 04:28

V. Siete moradas de los estados de conciencia (sattaviññanatthiti)

[33] “Ananda, existen estas siete moradas de los estados de conciencia y las dos esferas. ¿Cuáles siete?

“Hay seres con la diversidad corporal y la diversidad perceptiva, como los seres humanos, algunos devas y los seres de los reinos bajos. Ésta es la primera morada de los estados de conciencia.

“Hay seres con la diversidad corporal y la singularidad perceptiva, como los devas del séquito del Brama, originados a partir del primer jhana. Ésta es la segunda morada de los estados de conciencia.

“Hay seres con la singularidad corporal y la diversidad perceptiva, como los devas radiantes. Ésta es la tercera morada de los estados de conciencia.

“Hay seres con la singularidad corporal y la singularidad perceptiva, como los bellos devas lustrosos. Ésta es la cuarta morada de los estados de conciencia.

“Hay seres que, habiendo trascendido completamente la percepción de la forma, con la desaparición de la percepción de la resistencia, al no atender a la percepción de la diversidad y pensando ‘el espacio infinito’, alcanzan la dimensión del espacio infinito. Ésta es la quinta morada de los estados de conciencia.

“Hay seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión del espacio infinito, pensando ‘la conciencia infinita’, alcanzan la dimensión de la conciencia infinita. Ésta es la sexta morada de los estados de conciencia.

“Hay seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, alcanzan la dimensión de la nada. Ésta es la séptima morada de los estados de conciencia.

“[Y las dos esferas son:] la esfera de los seres no perceptivos y la esfera de la ni percepción ni la no-percepción.

[34] “Ahora bien, Ananda, considerando la primera morada de los estados de conciencia –la de los seres con la diversidad corporal y la diversidad perceptiva, como los seres humanos, algunos devas y los seres de los reinos bajos- cuando alguien comprende esta morada, comprende su origen, su cese, cuando comprende su seducción con su peligro, y cuando comprende el escape de ella, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar los placeres de esta morada?”

“No, venerable señor”.

“También, Ananda, considerando la segunda morada de los estados de conciencia – seres con la diversidad corporal y la singularidad perceptiva, como los devas del séquito del Brahma, originados a partir del primer jhana… la séptima morada, de los seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, alcanzan la dimensión de la nada- cuando alguien comprende esta morada, comprende su origen, su cese, cuando comprende su seducción con su peligro, y cuando comprende el escape de ella, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar los placeres de esta morada?”

“No, venerable señor”.

“También, Ananda, considerando estas dos esferas: la esfera de los seres no perceptivos y la esfera de la ni percepción ni la no-percepción, cuando alguien comprende esta esferas, comprende su origen, su cese, cuando comprende su seducción con su peligro, y cuando comprende el escape de ellas, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar los placeres de estas esferas?”

“No, venerable señor”.

“Ananda, cuando son conocidas –tal como realmente son, con su origen, su cese, su seducción con su peligro y su escape- estas siete moradas de los estados de conciencia y las dos esferas, por el monje que es liberado mediante la falta del apego, se dice que este monje es uno que ha sido liberado a través de la sabiduría.


VI. Ocho liberaciones (atthavimokkha)
[35] “Ananda, existen estas ocho liberaciones. ¿Cuáles ocho?

“Provisto de formas, uno ve las formas. Ésta es la primera liberación.

“No percibiendo las formas internamente, uno ve las formas externamente. Ésta es la segunda liberación.

“Pensando: ‘esto es bello’, uno intenta solamente esto. Ésta es la tercera liberación.

“Habiendo trascendido completamente la percepción de la forma, con la desaparición de la percepción de la resistencia, al no atender a la percepción de la diversidad y pensando ‘el espacio infinito’, uno entra y permanece en la dimensión del espacio infinito. Ésta es la cuarta liberación.

“Habiendo trascendido completamente la dimensión del espacio infinito, pensando ‘la conciencia infinita’, uno entra y permanece en la dimensión de la conciencia infinita. Ésta es la quinta liberación.

“Habiendo trascendido completamente la dimensión de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, uno entra y permanece en la dimensión de la nada. Ésta es la sexta liberación.

“Habiendo trascendido completamente la dimensión de la nada, uno entra y permanece en la dimensión de la ni percepción ni la no-percepción. Ésta es la séptima liberación.

“Habiendo trascendido completamente la dimensión de la ni percepción ni la no percepción, uno entra y permanece en el cese de la percepción y la sensación . Ésta es la octava liberación.

[36] “Cuando el monje alcanza estas ocho liberaciones, en orden ascendiente y en orden descendiente, cuando las alcanza y emerge de ellas donde quiera y cuando quiera, y por el tiempo que quiera, entonces, al poner fin a las contaminaciones mentales, entra y permanece en la liberación del conocimiento y la liberación de la sabiduría, libre de contaminaciones, habiéndolo directamente realizado y conocido por sí mismo aquí y ahora; este monje, Ananda, se llama ‘uno liberado de ambas formas’ y no existe liberación alguna que fuera más sublime y más perfecta que ésta.”

Esto es lo que dijo el Bienaventurado y el Venerable Ananda se regocijó y se deleitó en las palabras del Bienaventurado.
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